viernes, 20 de junio de 2014

Banca off-shore maneja US$ 25.000: y pese a repliegue, hay oportunidad.

SE ADMINISTRA DESDE URUGUAY Y SE PUEDE GENERAR UN NUEVO NEGOCIO




Según estimaciones de la gerenciadora de patrimonios FDI, los residentes argentinos, bolivianos, brasileños, uruguayos y paraguayos tienen afuera de sus países ahorros por unos US$ 500.000 millones. Los bancos off-shore no pueden captar depósitos o dar créditos, pero sí administrar y asesorar. Varios están instalados en Uruguay y desde aquí administran fondos por US$ 25.000 millones -colocados en el exterior- básicamente de argentinos y brasileños no residentes.
El CEO de la gerenciadora de patrimonios FDI, Mariano Sardáns dijo a El País que las ganancias por ese asesoramiento y/o administración "se la llevan los grandes bancos" que son dueños de la banca off-shore que opera en Uruguay, por lo que tras el pago de sueldos y gastos fijos "poco y nada" le queda al país.
En los últimos meses, varias de estas instituciones están cerrando sus actividades en Uruguay o vendiéndolas. El Royal Bank of Canada (RBC) -que operaba desde Zonamerica gestionando dinero de argentinos- resolvió retirarse de Uruguay luego de un allanamiento de la Justicia a pedido de su par argentina por una investigación de lavado de activos. También están en etapa de retiro el Crédit Suisse y el Leumi de Israel, entre otros.
Por un lado eso se da por un negocio cada vez menos rentable y por otro, "no quieren tener un riesgo reputacional por montos pequeños" por lo que "hay una serie de motivos que son de las casas matrices, que no tienen que ver con Uruguay", había dicho a El País el experto financiero y socio de CPA/Ferrere, Bruno Gili.
En tanto, Sardáns señaló que nadie quiere ser el próximo HSBC. A este banco en Estados Unidos se le "colaron" entre sus clientes latinoamericanos cuentas con dinero del narcotráfico mexicano en 2011. Por no cumplir con los protocolos antilavado, el banco fue multado en US$ 2.000 millones por el regulador estadounidense.
Como cada banco off-shore tiene miles de clientes se le hace muy difícil asegurarse la política de "know your client" (conoce a tu cliente) y que no le aparezca dinero del narcotráfico en sus cuentas.
 
Según Sardáns, lo mismo pasa con los bancos y brokers que atienden a clientes argentinos, brasileños, paraguayos y uruguayos en forma remota desde Suiza, Estados Unidos o Luxemburgo y administran los otros US$ 475.000 millones: no pueden conocer a sus cliente. Por ello optan por "cerrar las cuentas" de clientes latinoamericanos.
"Es muy probable que se quieran replegar bancos de lugares donde tienen poco" negocio como Uruguay, había señalado meses atrás Gili. "No es un problema con Uruguay sino con la gestión de riesgo global producto de la realidad internacional", agregó.
Para el CEO de FDI, esto lejos de ser un problema puede ser una oportunidad de negocio para Uruguay y se debe hacer "marketing" (ver aparte). "Los bancos internacionales quieren seguir atendiendo a los clientes latinoamericanos, pero solo en la medida que trabajen a través de alguien (es decir independiente a la institución) con nombre y apellido, regulado y controlado y que se responsabilice en caso que el cliente termine siendo un narco", afirmó Sardáns.
Por eso, explicó que "Uruguay tiene la gran oportunidad de incentivar la radicación de un alto número de asesores provenientes de la región, para que se establezcan y sean regulados por el Banco Central" (BCU) que "tiene una alta reputación internacional".
Uruguay tiene la ventaja de que "brinda seguridad jurídica" al inversor, algo inexistente en los países vecinos y ofrece "tranquilidad en cuanto a la defensa de la mala praxis", aseguró Sardáns.
Es que la nueva normativa de asesores financieros que lleva adelante el BCU "está en línea con la de los principales países del mundo y "ni se ha planteado" en Brasil y Argentina , añadió.
"El objetivo es ir por el grueso de la torta: los US$ 500.000 millones de argentinos, bolivianos, brasileños, uruguayos y paraguayos", apuntó Sardáns.
Al tener cientos de asesores independientes que representen a bancos extranjeros o a aquellos off-shore que se retiran de Uruguay, las comisiones quedarían en el país y no serían repatriadas. Los asesores podrían provenir de Brasil y Argentina, afincarse en Uruguay y ser regulados por el BCU.
Según el CEO de FDI, esto puede dar lugar al crecimiento de otros servicios profesionales conexos, como ser el de fiduciarios, legales, sucesorios, de planificación tributaria, ya que va en línea con el mundo fiscalmente más transparente que requiere la OCDE.

El BCU debería explicar.



Para Sardáns, Uruguay puede aprovechar la oportunidad de administrar dinero en el exterior con una campaña "pro-cliente" como un Estado "férreo en los controles y contra los abusos" de la industria financiera. A su juicio, sería "muy conveniente" que "el BCU informara más acerca de la actual regulación, los alcances y aclare las dudas en el sector respecto a la información de los clientes que puede ser intercambiada" con Brasil y Argentina. Empero, los funcionarios del BCU rara vez hablan sobre la normativa. Para Sardáns debería copiarse el uso de honorarios de administración que eviten la "mala praxis" en el sector.

Fuente: http://www.elpais.com.uy/economia/noticias/banca-off-shore-maneja-us.html

domingo, 1 de junio de 2014

Moody's afianza grado inversor y junto al gobierno ve menos riesgo.

UnA HISTÓRICA DE LA NOTA REFLEJA CAPACIDAD DE ENFRENTAR CHOQUES


Por primera vez en su historia, Uruguay afianzó la nota de su deuda en el grado inversor. La suba de la calificadora de riesgo Moody`s abre aún más las puertas para financiarse en los mercados internacionales, si bien las condiciones son más apretadas que hace unos años.
Mario Bergara, ministro de Economía. 

La calificadora de riesgo Moody`s puso a la deuda uruguaya un escalón por encima del mínimo de grado inversor que asignan las otras cuatro agencias crediticias, al subir la nota de Baa3 a Baa2 (ver cuadro) con perspectiva "estable".
Es la primera vez que Uruguay consigue una nota tan alta, ya que cuando ostentó el grado inversor entre junio de 1997 y febrero de 2002, lo hizo siempre en el último escalón de este. En ese mismo lugar, estaba desde que el 3 de abril de 2012, la calificadora de riesgo Standard & Poor`s le devolvió el ansiado grado inversor.
Si bien Uruguay tuvo mejores indicadores macroeconómicos en años anteriores (menor déficit fiscal e inflación por ejemplo), Moody`s evaluó más los cambios en materia de desdolarización de la deuda (hoy más de la mitad está en pesos y Unidades Indexadas), alargamiento del plazo promedio en que vence y caída de la relación deuda-Producto Interno Bruto, esto es cuánto pesa el endeudamiento en el tamaño de la economía.
Esos indicadores están en línea con los de países que tienen calificación similar a Uruguay como Brasil y Perú.
El vicepresidente de Moody’s para América Latina, Mauro Leos dijo en diálogo con El País que esta nueva calificación refleja la capacidad para “aguantar choques” y por eso hay “estabilidad” en la nota (ver aparte).
En la misma línea, el ministro de Economía y Finanzas, Mario Bergara dijo en conferencia que la nota da la "tranquilidad" de no estar en el umbral donde existe el riesgo de perder el grado inversor.
 
A su vez, la mejora en la nota abre más las puertas para que Uruguay se financie en el mercado internacional (ver aparte).
Para Bergara "se consolida la visión de que hemos mitigado vulnerabilidades en la economía uruguaya contra posibles shocks tanto regionales como globales".
"La economía uruguaya está bien pertrechada", ante la eventualidad de un shock externo, sostuvo el ministro de Economía y Finanzas.
"Esta calificación lo que dice es que a nivel global se visualiza a la economía uruguaya con la solidez, la capacidad y las posibilidades de avanzar en el cumplimiento de esas obligaciones, ya que mitigó el conjunto de vulnerabilidades que podía tener", añadió.
Según Leos de Moody`s, "se ha consolidado la posición del gobierno en el grado de inversión".
En el comunicado que emitió al anunciar la suba, la calificadora Moody`s explicó que esta se dio por "bajos riesgos de refinanciamiento" de la deuda, sumado a que "la expectativa de que los requerimientos financieros del gobierno habrán de ser moderados en términos absolutos y relativos durante el resto de la década" y que cuenta con "amplios colchones financieros que proveen cobertura contra eventos adversos en los mercados financieros".
Además señaló que hay una "transición hacia una pauta de crecimiento sustentable" si bien a tasas menores que en años previos. Además se da una "marcada reducción" en la exposición que mantiene Uruguay "ante choques regionales" y "una creciente diversificación en la canasta de commodities" que el país exporta.
Según Bergara, "ahora lo más importante seria ver que las otras calificadoras importantes sigan el estirón que hace Moody`s hacia arriba. Seria significativo que Fitch, Standard & Poors y otras siguieran este comportamiento". Empero, ayer la calificadora canadiense DBRS mantuvo la nota de BBB- con perspectiva "estable", es decir que no se esperan cambios en el corto plazo.
Si bien los bonos uruguayos venían tonificados, ayer la noticia de la suba de Moody`s, hizo subir sus precios. El socio de ProCapital, Javier Gómez dijo a El País que "hubo más demanda" y los bonos uruguayos "subieron más que los de Brasil" si bien el mercado ya descontaba en parte la mejor calificación.

Oportunidad para financiarse en mercado, que ya no es el mismo

El socio de ProCapital, Javier Gómez dijo a El País que es un "buen momento para emitir, independientemente de la suba, aunque esta hace que ahora esté más en la mesa" de los inversores.
"El menú de financiamiento para Uruguay está, no va a tener problemas en colocar deuda", agregó el operador bursátil. El expresidente del Banco Central, Julio de Brun dijo ayer en radio Carve que "la mejora debería ser aprovechada para financiarse ahora" y que el gobierno seguramente se plantee emitir un título de deuda a 30 años.
Un conocedor del mercado de deuda global dijo a El País que si bien Uruguay puede aprovechar la oportunidad, ya no se consigue financiamiento a largo plazo a un costo razonable. "Esto le ocurre también a Brasil y Perú", agregó y dijo que los inversores en bonos de países emergentes "no compra a 30 años con tasa fija de 5%" y tampoco acepta emisiones que no sean en dólares.