El alto nivel de conflictividad laboral, el aumento de los costos y los distintos problemas de Argentina generan incertidumbre en la industria, pero sobre todo en Punta del Este
Similar al 2013 pero con señales de alertas. Así definen la situación del sector inmobiliario para este año diferentes actores del mercado, para quienes 2014 estará marcado por una desaceleración de la inversión, cautela y estudio de precios -tanto en venta como en alquileres- en un sector que hasta el momento vivió buenos tiempos. Solo en el mercado de alquileres en los últimos cinco años se invirtieron unos US$ 4.500 millones, según reveló el experto inmobiliario Julio Villamide, durante su disertación el pasado lunes en el Salón Inmobiliario de Punta del Este (SIPE).
Esta industra puede verse afectada este año principalmente ante una pérdida de competitividad debido a altos costos, bajo valor del dólar y fuerte nivel de conflictividad, señalaron referentes empresariales.
De todas formas, según la opinión de expertos, Montevideo y el resto del país podrían no verse tan afectado por la coyuntura. Esto se debe a la diversificación de obras: el plan de vivienda social que impulsa el gobierno (ver recuadro) y el momento de bonanza económica que vive el interior del país que ha fomentado la actividad inmobiliaria con proyectos hoteleros, de retail, industriales, entre otros, en diferentes puntos del territorio nacional.
A opinión de los consultados, los valores de venta y alquileres se mantendrán, y en caso de registrar una baja, será leve. Puntualmente Villamide auguró que en un año el precio de los alquileres bajará entre 10% y 20% en términos reales, pero «de todas formas, seguirá siendo una inversión atractiva».
Un tema aparte es la situación con Argentina y las diferentes medidas adoptadas como el cepo cambiario y la implementación del acuerdo de intercambio de información tributaria con Uruguay, que, según los expertos, repercute principalmente en el mercado de Punta del Este.
Diversificación.
La diversificación del negocio inmobiliario es lo que permite el equilibrio, señaló el director general de Terramar, Juan Carlos Sorhobigarat. «Soy positivo con el ciclo y creo que la diversificación es clave. Hay que seguir en ese camino, buscar nuevos públicos y generar más crédito», afirmó.
Para Sorhobigarat, estos años de crecimiento profesionalizaron el sector, y la bonanza en el interior del país generó que muchas obras se corrieran de los tradicionales centros urbanos hacia otros puntos geográficos. Para Sorhobigarat, estos proyectos amortiguarán el decaimiento de la productividad en el sector. «El nivel estará en la misma índole que otros años, no crece ni cae. Hoteles en el interior, la vivienda social y construcciones en el sector retail e industrial, equilibran la balanza», dijo. Además se volcarán a proyectos de nicho como edificios para estudiantes, hotelería, construcción de edificios para atención y mejoramiento personal en materia de salud, hoteles para jóvenes (entre 25 y 35 años), edificios inteligentes y hasta un parque tecnológico de Maldonado», ejemplificó. Para las constructoras será una forma de mantener su personal, agregó.
En construcción.
Uno de los problemas que deberán afrontar los actores inmobiliarios este año será la competitividad. El aumento de los costos y el nivel de la conflictividad laboral puede transformarse en un escollo de crecimiento para este 2014, indicó Sorhobigarat. «En los últimos dos años se han dado una serie de contradicciones que provocan cierta incertidumbre, por ejemplo el alto nivel de conflictividad sindical, que sumados a los altos costos, hacen que se torne muy caro el sector», remarcó.
John Stuart Leaman, socio y responsable del departamento de inversiones inmobiliarias del estudio Guyer & Regules también se mostró preocupado. «Los costos laborales han sido muy fuertes. Cuando el cliente es el Estado se pasa el costo al consumidor final, pero cuando se trata de privados es más difícil», señaló.
En la misma sintonía, el vicepresidente de la Asociación de Promotores Privados de la Construcción del Uruguay (Appcu), Ricardo Weiss, mostró su inquietud por esta temática. Según publicó El País, en su disertación del pasado sábado durante la inauguración del SIPE, el empresario afirmó que «para tener una competitividad razonable tenemos que tener una productividad sostenible, y no es un tema de obreros, solamente. Es un tema de todos los componentes de la cadena productiva», alertó.
Para Weiss el incremento salarial debe estar atado al aumento productivo, mientras que los aumentos de costos sin contrapartida son una carga «absurda» para el consumidor. «Y cuando el consumidor no aguanta más y no paga por eso, posiblemente se cierre el centro de trabajo que no fue competitivo, con un empresario quebrado, desmoralizado, y a veces fundido, y trabajadores en el seguro de paro», remarcó.
Punta del Este.
Un caso aparte es Punta del Este. Para este mercado, 2014 será un punto de inflexión, de transparencia y «sinceramiento» de precios, auguró Sorhobigarat.
Los diferentes problemas que se viven en Argentina incidirán en las decisiones de inversión, compra y alquiler del principal balneario uruguayo, sobre todo en emprendimientos de real state. «Los precios van a decantar y se verá una tendencia a la baja más real. Se irán acomodando y habrá mayor transparencia. Serán más sinceros con la realidad», apuntó.
En la misma línea, Stuart Leaman, advierte que en Punta del Este hay una fuerte oferta de apartamentos lo que generaría «una tendencia relativa a una baja de los precios». «No creo que existan factores de recuperación notables y pueden aparecer compradores buscando oportunidades. El que quiera vender tendrá que ofrecer mejores condiciones», apuntó.
De todas formas, Sorhobigarat señaló que existen ciertos inversores que no tienen apuro en vender a corto plazo. «Estas personas tienen dinero y no están interesados en vender rápido, prefieren esperar a que se valorice nuevamente sus propiedades porque no necesitan liquidez», aseguró.
La vivienda social toma protagonismo.
El Plan de Vivienda Social se está transformando en una buena alternativa para los inversores. Para el experto inmobiliario Julio Villamide, se trata de una forma de cambio de modelos. «Ahora estamos orientándonos a un modelo dirigido al consumidor final. La oferta se distribuye mejor en el territorio. Tanto los promotores como los compradores sí demandan crédito. Los bancos, entonces, están percibiendo este enorme cambio», señaló.
Para el experto, lo positivo es que cualquiera sea el partido de gobierno «durante los próximos cinco años no variará, considerablemente esta política».
En tanto, en Maldonado se transformó en una gran alternativa para las constructoras, aseguró el empresario Juan Carlos Sorhobigarat, porque les permite mantener sus negocios ante el decaimiento de inversiones en real state.
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