Una mejora en la rentabilidad de las empresas tiene pocas opciones de darse por el lado de la competitividad o los salarios. En ese escenario, una de las variables de ajuste podría ser el empleo. La posibilidad divide aguas entre empresarios y sindicatos.
"Si no hay flexibilidad desde el lado sindical por la indexación salarial (el ajuste salarial por la inflación pasada), si no se puede devaluar (el peso uruguayo) porque se espiraliza la inflación, no queda otra que ir en la línea de ajustar por el lado del empleo. El propio mercado lo viene haciendo. No veo en qué otra línea se puede empezar a ser competitivo", dijo a El País el CEO de la gerenciadora de patrimonios FDI.
"Va a depender mucho de la competitividad de cada sector, pero por lo menos lo que se avizora es que empiezan a haber problemas de márgenes de rentabilidad y no queda otra que ser lo más eficiente posible, y en la eficiencia obviamente la primera variable (de ajuste) es el empleo", agregó.
El sector empresarial reclama desde hace un tiempo por la competitividad. Señalan que su deterioro impacta en la rentabilidad, afecta sus costos internos y pone en riesgo la continuidad de algunas empresas. Una de las posibilidades va atada al tipo de cambio; un dólar más fuerte que en otros mercados mejoraría la competitividad de aquellas empresas exportadoras. Pero, los empresarios son conscientes que difícilmente la moneda estadounidense siga aumentando por su rebote negativo en la inflación. Entonces allí queda descartada una opción.
Otra posibilidad viene por el lado de los ajustes salariales. Sobre fines del mes próximo comenzarán las primeras negociaciones de los Consejos de Salarios en los grupos donde se ubican la salud privada, la bebida y la metalurgia, que seguirán después sobre fin de este año y comienzos del próximo.
En julio del año pasado, cuando era ministro de Economía, Mario Bergara señaló en una comisión parlamentaria que ante la nueva ronda salarial "todos vamos a tener que ir mostrando madurez en esa discusión y tratar de despegarnos un poco de las cláusulas indexatorias, yendo a negociaciones de salario nominal. También en eso el gobierno tiene deberes para hacer, porque para que el proceso de negociar salarios nominales sin cláusulas indexatorias automáticas pueda ser fructífero y creíble, hay un prerrequisito que es bajar la inflación".
Un día después, el Pit-Cnt se opuso férreamente a una posibilidad de desligar los salarios de la inflación.
Es por eso que otra de las opciones para mejorar la competitividad de las empresas se diluye ante esa negativa sindical, y más aún cuando días más tarde Bergara dijo que realmente no había hablado de desindexar los salarios y sí de "otros mecanismos alternativos".
La tercera variable se vincula al empleo, ya sea a través de menos generación de puestos de trabajo o incluso de reducción de las plantillas laborales.
El presidente de la Cámara de Industrias (CIU), Washington Corallo, señaló a El País que "hay empresas con problemas y el seguro de paro aumentó" (ver aparte). Por eso, "para los Consejos de Salarios estamos pidiendo prudencia y ajustar las remuneraciones privadas en base a lo que el gobierno fije para el Estado", añadió.
El industrial dijo que con esa posición seguramente "va a haber un enfrentamiento con los sindicatos, aunque algunos dirigentes también dijeron que hay que ser prudentes, cuidar los puestos de trabajo y no correr el riesgo de que se pierdan. Más vale perder un punto de aumento (salarial) y no los 100 puntos del sueldo", sostuvo Corallo.
El presidente de la CIU afirmó que la competitividad no pasa solamente por el tipo de cambio y sí por los "costos del país". Añadió que los entes están con problemas y por eso no se producirá una rebaja de las tarifas públicas. "Eso (la rebaja) lograría incidir en la competitividad genérica del país", dijo.
La reducción de las tarifas, principalmente la energética, es uno de los reclamos del sector industrial. Otro es una baja de los aportes patronales. En ese aspecto, señaló que se le pidió al gobierno si puede analizar brindarle un apoyo momentáneo a las empresas, hasta que se solucionen los problemas de competitividad con Argentina, Brasil y Venezuela. "Buscar un paliativo, algo que no sea definitivo", dijo Corallo.
"Nadie quiere desprenderse de gente si la empresa camina bien, pero si la empresa no puede ajustar sus costos internos entonces se plantea un escenario difícil", dijo Corallo.
Y allí empieza a cobrar fuerza la variable del empleo o del seguro de paro.
La otra vereda.
Por su parte, el director del Instituto Cuesta Duarte del Pit-Cnt, Milton Castellano, expresó a El País que más allá de la desaceleración que se observa en algunos indicadores económicos, no se percibe para los próximos meses una caída brusca del empleo.
Además, esos indicadores más allá del enlentecimiento siguen mostrando resultados positivos, añadió. Es por eso que para la central sindical no se podría explicar que los salarios no acompañen el crecimiento de 2,5% o 3% del Producto Interno Bruto (PIB).
"Lo más importante para la ronda salarial será conseguir que los sueldos crezcan de acuerdo al crecimiento bruto del país", afirmó Castellano. La posibilidad de la indexación es clara para los sindicatos. "Si con desindexar decimos que el salario no acompañe el crecimiento de la economía, no estamos de acuerdo. Cuando se definan los criterios para los Consejos de Salarios vendrán los mecanismos", dijo el dirigente.
El director del Cuesta Duarte señaló que en Uruguay el salario está lejos de ser la principal variable que genera inflación, algo que no es compartido por los empresarios.
La industria, es en la que más crece el seguro de desempleo.
Según datos que el Banco de Previsión Social (BPS) aportó a El País, la cantidad de personas en el seguro de paro aumentó 4,7% en marzo en la comparación interanual, es decir frente al mismo mes de 2014. Al final del tercer mes del año, había 34.406 personas en el seguro de desempleo.
Según los datos del BPS a marzo, la industria manufacturera tenía 6.895 trabajadores en el subsidio de desempleo, un 45,9% más que en el mismo mes del año pasado cuando eran 4.725.
En el caso de la construcción, se produjo una baja en la comparación interanual de 5,5%. En marzo de este año eran 8.871 obreros contra 9.393 de 2014.
Por su parte, en el sector agropecuario se produjo un fuerte descenso en la cantidad de personas en el subsidio. En marzo de este año había 3.102 trabajadores frente a 4.760 en el mismo mes del año pasado.
Por otro lado, en el transporte se verificó un crecimiento de trabajadores beneficiarios del seguro de paro de 5,7%. En el tercer mes de este año había 1.685 empleados contra 1.594 de marzo de 2014.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), en el primer trimestre del año la tasa de desempleo aumentó y alcanzó el 7% de la Población Económicamente Activa (PEA), constituyéndose el mayor nivel de desocupación desde el segundo trimestre del 2010. En total, había 125.118 desocupados en enero-marzo.
En el primer trimestre del año se destruyeron 19.680 puestos de trabajo.
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