lunes, 11 de julio de 2011

Buceo tiene aires de city.

El tradicional barrio de pescadores suma cada vez más proyectos, renovando su silueta y la vida de sus habitantes. El 21 se inaugura la torre Free Zone, de 23 pisos.

En la esquina de Tomás de Tezanos y Saldanha da Gama, el embotellamiento de tránsito comienza temprano. La bocina de una camioneta escolar suena a las 7.30. Los frenos del 427 con destino a Los Bulevares se clavan ante la fugaz presencia del DM1 que circula sin parada hacia Zonamérica. Minutos antes de las 8, el caudal de autos se traslada a los alrededores del Liceo Francés, donde la fila de vehículos supera las dos cuadras, recorriendo buena parte del perímetro de la plaza ubicada en cruz a ese colegio. En el autoservice Marta hay cola para pagar y los cajones se empiezan a apilar con los pedidos que salen en bici o moto. A las 9 pasa el camión de pescado, un clásico del barrio que oficia como recordatorio del origen de la zona. Sobre la diez, puede ser que la capacidad del estacionamiento de Montevideo Shopping -por lo menos la planta baja y el subsuelo- ya esté colmada, lo que no quiere decir que el centro comercial esté lleno, sino que quienes trabajan en las tres torres del World Trade Center (WTC) están llegando a sus oficinas. Y todo esto con el ruido de una sierra eléctrica como telón de fondo desde las seis de la mañana.

Bastante distinto era el escenario que observaba hace más de 70 años Juanita Rial, desde la misma ventana que mira hoy, cuando levanta la vista entre bordado y bordado, tarea que llena su día. Juanita nació en el Puerto del Buceo en 1935, cuando la calle Tomás de Tezanos terminaba a la altura de la actual Miguel Grau en un gran campo que daba paso a la playa. Allí pastaban los caballos de los carros y jugaban los niños a la pelota. El arroyo Los Chanchos todavía corría entre sus calles. También era frecuente cruzarse con algún paciente del hospital de leprosos y tuberculosos Fermin Ferreira. Vivió en el barrio hasta que se casó, cuando se mudó a otra zona para después regresar. "Yo voy llegando acá y siento que este es mi lugar. Aunque muchos son vecinos nuevos, a casi todos los conozco, y a Juanita la conoce y la saluda todo el mundo", reflexiona. La casa en la que todavía vive es herencia de su padre y el lugar en que crecieron sus dos hijos, que fueron a su misma escuela y pasaban las tardes jugando a la paleta en la calle. En total, los Rial tenían cuatro terrenos en una cuadra. Si bien dos de ellos se vendieron, Juanita conserva uno que alquila para guardar autos pero que "está reservado" para sus hijos.

Como a la mayoría de los vecinos, a esta mujer ya le han tocado el timbre varias veces. "Quiere vender? ¿Cuánto quiere por la casa?", a lo que ella responde: "Ni loca. De acá voy directo al (Cementerio del) Buceo", y sonríe como si se tratara sólo de un juego de palabras. Por un terreno que antes se vendía en 70 mil dólares ahora llegan a pedir unos 250 mil. Y una vivienda que hace cuatro años costaba 250 mil dólares hoy ronda los 650 mil. Si bien hay que tener en cuenta la baja del dólar y el incremento en los costos de construcción y los materiales, inversores, constructores y agentes inmobiliarios no dudan en afirmar que éste es el barrio que más se ha valorizado en toda la ciudad.

Para Julio Villamide, el fenómeno del Puerto del Buceo es comparable con lo que sucedió en Punta Carretas con la transformación de la cárcel en un shopping a mediados de los ´90. "Se da el cambio de rol de predios importantes que tiene un impacto en el entorno de valorización muy grande. En el caso del Buceo, la sucesión de edificios del World Trade Center fueron convirtiendo lentamente esa zona en un polo de actividad empresarial que no era el perfil del barrio y con ello se dio una gran mejora en la gastronomía, que está asociada a ese tipo de procesos, explica.

Pero no sólo la oferta gastronómica se disparó (hay restaurantes para todos los gustos y para casi todos los bolsillos), el crecimiento se dio en todo el abanico de servicios. En pocas cuadras a la redonda están los principales bancos, hay varios centros de cobranzas, más de ocho cajeros automáticos (sin contar los ubicados dentro de Montevideo Shopping), una estación de servicio, paradas de taxi, semáforos, cerrajerías, farmacias y locales comerciales de todo tipo. También aparecieron los bocinazos, los embotellamientos y las dificultades para estacionar, en fin, los problemas de tránsito propios de los barrios no exclusivamente residenciales. "Es una zona que ha cambiado violentamente y éstas son las crisis de crecimiento", define Villamide, al tiempo que agrega que el tema de la fluidez de los vehículos debe ser atendida por las autoridades municipales, porque si bien "por ahora no ha generado grandes problemas, todavía hay muchos metros que no están terminados".

El futuro. En general, los vecinos ven los cambios como positivos, lo que no quiere decir que no cueste acostumbrarse. En la esquina de Saldanha da Gama y Melitón González funciona el autoservice Marta, en honor a su dueña. Hace 12 años que está en el negocio de los almacenes -este es su segundo local-, rubro en el que trabaja con su marido y otros integrantes de la familia. El comercio, que actualmente está a la venta, pasó por varias remodelaciones y ampliaciones, siempre apostando al crecimiento de la zona. Ahora, incluso, colocaron una mesa en la vereda que utilizan quienes compran allí su almuerzo.

Marta no duda y dice que para ella el barrio está mejor. "A veces uno añora la época de los ranchitos, pero si se quiere un país moderno hay que dejar que las cosas cambien". A sus espaldas, Marta tiene uno de los signos más claros de la transformación: un edificio construido por la empresa de Andrés Mokobocki, "el" arquitecto del Puertito a juzgar por la cantidad de obras y proyectos que tiene en la zona. Hoy, son por lo menos siete las que están en construcción y otras tantas en papel. La empresa de Mokobocki cuenta con alrededor de 200 empleados, además de cuatro arquitectos, tres administrativos y un ingeniero.

Si se asoma a la esquina y mira hacia la Rambla, Marta puede ver no sólo el edificio recientemente inaugurado, sino otro que ya tiene el cartel de la empresa pero todavía está en el pozo. Este año, sin embargo, el fuerte de este empresario de la arquitectura está sobre Luis Alberto de Herrera por un lado y Pablo Galarza por el otro. Sobre la gran avenida, Mokobocki cuenta con cuatro obras: un edificio terminado, otro en ejecución y dos en proyecto. En Galarza, con vista a la nueva torre Free Zone, está construyendo cuatro edificios de cuatro pisos -son los 13,5 metros de altura permitidos por la intendencia- sólo para oficinas. "Siempre que los propietarios de las casas y terrenos quieran vender a precios razonables, nosotros estamos interesados en comprar. Sabemos que hay una generación de un producto que la gente valora. Eso siempre y cuando no se agote, que también puede pasar", dice el empresario. Ahora bien, si la demanda que existe hoy se va a mantener en el tiempo es una gran incertidumbre. "Por eso siempre le decimos a los dueños que está bien que aspiren a más dinero que hace un tiempo, pero este furor no es infinito, en algún momento se va a terminar y habrá que ir a otros barrios a construir".

Las de Mokobocki forman parte de las 40 obras abiertas que hay en el municipio CH, que abarca la zona de Pocitos y Buceo. Y aunque este furor no sea infinito, todavía queda más. A la próxima inauguración de la torre Free Zone y del cuarto edificio del WTC (ver recuadro), se suman iniciativas en el área sur de la rambla del Puertito. El alcalde Luis Luján anunció un proyecto para impulsar un Mercado del Pescado, similar el Mercado del Puerto, en la zona entre el Yacht Club y Kibón. La propuesta incluye mejorar la infraestructura y los servicios, bastante pobres para un sector de alto poder adquisitivo. Además, el Yacht está por comenzar la construcción de un puerto de amarre para embarcaciones de mayor porte, dado que su capacidad ya está completa. Ambos proyectos deberían concretarse antes de 2015.

Ante la pregunta de cómo se imagina el barrio dentro de unos años, Luján se muestra ambiguo: "Estoy en un difícil equilibrio si generar un barrio residencial o aprovechar la gran afluencia de capitales para priorizar la inversión en el sector inmobiliario, que da mucho trabajo y riqueza para el país. Es un balance difícil y no hay soluciones mágicas, habrá que compatibilizar".

Ellos dicen:
Carlos Lecueder
Estudio Luis

Lecueder "La zona del Puertito es segura y de fácil acceso. Por la cercanía con el shopping tiene todos los servicios a un paso. Si contamos los bancos existentes, encontramos la mayor concentración del país en menos de 200 metros de distancia".

Julio Villamide
Asesor inmobiliario

"El fenómeno del Puerto del Buceo es comparable a lo que sucedió en Punta Carretas. El cambio de rol de predios importantes, el Fermín Ferreira y la cárcel, tiene un impacto en el entorno de valorización muy grande, sobre todo en la última década".

Andrés Mokobocki
Arquitecto

"Siempre que los propietarios de las casas y terrenos quieran vender a precios razonables, nosotros estamos interesados en comprar. Sabemos que hay una generación de un producto que la gente valora. Eso siempre y cuando no se agote".

Las cifras
10 mil Trabajadores reunirá la zona, incluyendo Montevideo Shopping, cuando se inauguren las dos nuevas torres, estima Carlos Lecueder.

1 Millón de dólares es el precio al que puede ascender un terreno apto para edificar dos mil metros cuadrados, asegura Julio Villamide.

50 Millones de dólares es el presupuesto total de la cuarta torre del World Trade Center, que tendrá 40 pisos y será el edificio más alto de la capital.

2 mil Dólares es el valor base del metro cuadrado construido, según el arquitecto Andrés Mokobocki. La banda superior ronda los US$ 2.850.

Un poco de verde pero cerca del asfalto.
Junto con la transformación de la fisonomía del barrio, en los últimos años el Puerto del Buceo sufrió otro proceso de cambio, quizás aún más profundo: la renovación de su población.

Para Julio Villamide la situación es clara. "Por tratarse de una de las zonas de mayor valorización de Montevideo, se generó una migración de la demanda más solvente del Pocitos clásico, del entorno de Avenida Brasil, hacia esta parte de la ciudad".

¿Es gente que viviría en Carrasco? No, son clientes completamente diferentes. "Este es un público urbano que valora cierta presencia de verde y la cercanía del mar como aspectos claves, pero que también busca la seguridad que le puede dar un edificio".

Una rápida recorrida por las calles del Puertito basta para tomar conciencia de la cantidad de obras, sobre todo en altura, que se contarán en los próximos años. Según Andrés Mokobocki, cada vez se apuesta más a apartamentos pequeños de uso mixto.

Hace un par de meses y coincidiendo con la demolición de varias casas sobre Saldanha da Gama a manos de la empresa de este arquitecto, apareció un graffiti que decía Mokobocki wants your home ("Mokobocki quiere tu casa"). Él le resta importancia al incidente. "Nuestras obras se hacen en terrenos que eran baldíos o que tenían casas abandonadas donde se juntaba gente a dormir… Hacer edificios con personas que los habitan y los cuidan siempre es favorable para el barrio", razona sobre el porqué los vecinos "en general valoran positivamente" su trabajo.

1 comentario:

  1. Fuente: EL País /10-07-11
    http://www.elpais.com.uy/suplemento/ds/buceo-tiene-aires-de-city/sds_578629_110710.html

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