viernes, 15 de julio de 2011

El jugo de los ladrillos.

DIEGO SLINGER / FERRERE ABOGADOS

INVERSIONES RENTABLES


En los últimos años hemos asistido a un crecimiento sostenido de la inversión en propiedades. En cada rincón del país puede apreciarse el ir y venir de camiones de cemento y maquinaria de construcción. Aumentó la demanda de albañiles y obreros especializados y se levantan nuevas casas, apartamentos y edificios para oficinas. Y la razón es clara: el atractivo índice de retorno que resulta de la inversión del dinero en ladrillos.

La compra de apartamentos para ofrecer en alquiler, las cocheras y los fideicomisos al costo, son ahora opciones preferidas para refugio del dinero. Si bien generalmente se trata de apuestas a largo plazo, la frágil confianza en el mercado financiero y las bajas tasas de interés fortalecen la elección de las personas que confían en que "los ladrillos nunca fallan".

Actualmente las propiedades permiten obtener razonables ganancias por la renta que se percibe sobre el capital que se invierte y, también, por la valorización constante del activo. Datos del Instituto Nacional de Estadística acreditan que el valor promedio del metro cuadrado ha aumentado exponencialmente en los últimos cinco años. Esto parece ratificar que los ladrillos son confiables. La tendencia a recordar las excepciones a esa regla, obedece al recuerdo de las dolorosas consecuencias que tuvieron los aislados percances para aquellos que se expusieron demasiado y apostaron con excesiva ilusión y poco rigor analítico. Ahora bien, si se toman los debidos recaudos, se consideran las variables macroeconómicas, se anotan las singularidades de cada oferta en el contexto local y regional y, antes que nada, se cuenta con la asesoría que examine con desapego cada aspecto del negocio, estamos ante operaciones redituables y seguras. Y, sobre todo, aptas para todo público.

Aunque puede pensarse que este tipo de inversiones están reservadas para poseedores de grandes capitales, la experiencia histórica y la realidad actual muestran que hay opciones para todos los gustos.

GRANDES NEGOCIOS.

Las alternativas de negocios de proceso extendido, terreno-proyecto-construcción-venta, suelen ser zona de acción para grandes inversores, dispuestos a asumir mayores plazos y riesgos. Desde la compra del terreno a la venta del producto final, cada etapa exige meticuloso análisis legal, tributario y comercial. Maximizar las ganancias requiere los cuidados y esfuerzos de un "desarrollador inmobiliario", la mentalidad de emprendedores de mediana y gran escala.

Encontrar la relación óptima entre el riesgo y la rentabilidad supone revisar todos los costos, las variaciones de precios de materiales y recursos, la carga tributaria, la estructuración financiera, la renta y los plazos. Todos los factores influyen al momento de tomar las sucesivas decisiones. La viabilidad de las iniciativas de cierta escala exige ser y parecer prudentes, con ello, además de disminuir los riesgos propios, se tranquiliza la razonable prevención del mercado. Esta es la política que en general se adopta en Uruguay. Hoy en día son pocos los "carteles promocionales" de desarrollos edilicios en los que el interesado no pueda corroborar qué firma de profesionales asesora al proyecto o qué "broker" inmobiliario lo comercializa. Son datos a los que se debe prestar atención.

PEQUEÑAS Y MEDIANAS INVERSIONES.

El pequeño y mediano inversor es aquel que decide ahorrar en ladrillos, como protección y para asegurarse una renta futura. Suelen ser personas que intentan asumir pocos riesgos y, por ejemplo, compran cocheras en barrios con superpoblación de automóviles e inmuebles en zonas seguras, con buen valor de reventa. Para éstos, una opción muy rentable es la compra de inmuebles "en el pozo". El sistema es conocido, se paga una suma con la firma de un compromiso y se acompaña la construcción con la entrega de cuotas mensuales y complementos adicionales. Así se adquieren inmuebles a un precio sensiblemente menor al que tendrán una vez terminados. Y se asumen, entre otros, el riesgo de que el desarrollador del proyecto no pueda culminarlo, la variación que puede sufrir la moneda de pago o la influencia del atraso cambiario en la valorización del capital que se adquiere.

Son considerados riesgos menores ante una ganancia relevante, no solamente porque se paga un precio "bajo" por un inmueble que construido ya vale más, sino porque la renta que se percibirá si se arrienda permitirá recuperar el capital invertido.

SEGURO SOBRE SEGURO.

Los ladrillos son accesibles y "dan jugo" para todo tipo de inversores.

Cuando la economía muestra alguna señal de inestabilidad la demanda en Real Estate no decaerán. Habrán más nuevos proyectos y más oferta para refugiar los ahorros.

La cuestión, tanto con viento a favor como durante las tempestades, es saber que hasta en las inversiones "seguras", las contingencias son variadas, y un timonel inteligente es el que evalúa todas, o casi todas.

1 comentario:

  1. Fuente: El País/ 15-07-11
    http://www.elpais.com.uy/suplemento/empresario/el-jugo-de-los-ladrillos/elempre_579903_110715.html

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