lunes, 10 de noviembre de 2014

Circulante en fideicomisos financieros se multiplicó por cuatro desde 2010.

El sector se ha especializado: los inversores acerca de qué títulos elegir y los fiduciarios en estructuración de operaciones


Los últimos 4 años han sido los de mejores resultados en la historia de la Bolsa Electrónica de Valores (Bevsa), que acaba de cumplir 20 años de existencia. En el último período, la cantidad de Obligaciones Negociables circulantes se duplicó, al tiempo que los Fideicomisos Financieros se multiplicaron por cuatro. Para el Gerente General de Bevsa, Eduardo Barbieri, este instrumento es el que generó mayor dinamismo al mercado en los últimos años. Destacó en especial la existencia del "certificado de participación", una categoría muy utilizada en los fideicomisos financieros, que vino a sustituir, en parte, al alicaído mercado de acciones. Para Barbieri, el gran desafío pasa por reducir la complejidad y los costos de emisión. A continuación, un resumen de la entrevista.
—La salida de la crisis de comienzos de la pasada década marcó un cambio importante para el sector, que había quedado muy disminuido…
—Así fue. En el año 2004, el Banco Central empieza a sofisticar su sistema de requerimiento de información a los emisores. Ese conjunto de comunicados que se fue emitiendo se explicita luego en la Ley del Mercado de Valores y en los decretos reglamentarios posteriores. A través de esa normativa, se le da potestades muy importantes al Banco Central en cuanto a la información que puede requerir para emisiones u otro tipo de operaciones. Eso tiene un impacto en los costos y en los tiempos, que uno pensaría que —básicamente— volvería menos atractivo el mercado de valores a quienes buscan financiamiento. Sin embargo, eso no ocurrió así y la demanda creció.

NUEVOS TÍTULOS.

—¿Cuáles son los cambios más significativos?
—Particularmente, ya no tienen tanta demanda las viejas obligaciones negociables, donde determinadas empresas con una sólida trayectoria, con una deuda bancaria y otra de muy corto plazo con proveedores, pueden recurrir al mercado de valores, basadas fundamentalmente en su aspecto reputacional. Ese es el modelo tradicional, básicamente de obligaciones negociables, que a lo largo del tiempo ha crecido, pero en un segmento de empresas muy grandes en la escala local. La mayoría públicas —UTE, BHU— y unas pocas privadas, caso Conaprole, Hípica Rioplatense o Puerta del Sur.

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